La arquitecta italiana Irene Seracca Guerrieri cree en la arquitectura con vocación de mejora. Su misión es crear espacios con buen espíritu para que la gente se sienta mejor por el simple hecho de estar allí. Y las personas que se sienten mejor se comportan mejor entre sí.

Apropiadamente, el estudio de Irene se llama Genius Loci Archittetura, la parte de "genius loci" traducida a menudo del latín como "el espíritu del lugar". Tienen oficinas en Milán y Florencia, dos ciudades repletas de bellos espacios y con una larga historia, por lo que Irene está familiarizada con la adaptación de su trabajo a un contexto existente. Como ella misma dice, un proyecto empieza escuchando el espacio.

La apertura y la flexibilidad son la clave de la práctica de Irene. Habla de su madre y de su padre, artista e ingeniero. Las dos caras de su personalidad, la creativa y la racional, compiten por el dominio. Cree que, por el momento, está ganando la creativa, pero sabe que su trabajo requiere ambas facetas para ser interesante. Cada vez más, sus clientes quieren que incorpore la posibilidad del cambio en los edificios que encargan. El espíritu se expresará mientras cambia con el tiempo.

Irene disfruta con eventos como el Festival Mundial de Arquitectura, que le brindan la oportunidad de escuchar aún más. Sin este tipo de intercambios, cree que su trabajo no puede evolucionar. A través de las ideas de otras personas, Irene puede hacer evolucionar su propio espíritu y el del espacio que imagina. Habla con Karl Lennon sobre el poder de la atención.